Con muchas ganas, este fin de semana, volvíamos a la montaña. Nuestra intencion hacer la Maladeta. Ya en Benasque miramos reseñas y aconsejan no pasar por la rimaya en esta época del año. Decidimos no arriesgar con no hacer cima y buscamos otras posibilidades: en este caso una cima pendiente: el Perdiguero.
Madrugon; a las 5.40 de la mañana con los frontales empezamos la ascensión. Se nota que hemos hecho poco monte este verano. En poco mas de una hora llegamos al refugio-casa de piedra. Apagamos los frontales, un descanso y seguimos para arriba.
Pasamos por el Ibon pequeño y el superior un poco mas arriba. La imagen de la montaña reflejada en el Ibon es impresionante.
Miramos para arriba y nos queda lo «mejor»: una pedrada importante. Cómo se sufre cuando el sol te pega a plomo (y eso que madrugamos)
Después de casi 6 horas hacemos cima, nos pegamos otra más admirando el paisaje, nombrando picos, echando el almuerzo y por qué no, una siesta (hasta con ronquidos de un compi. No diré nombres..)
La bajada mucho mas dura que la subida. Destroza piernas total..batimos recor de descansos!
Al dís siguiente con ganas de más, Jorge y yo nos fuimos a escalar un poco por Sacs. Digo poco porque yo no me pude ni poner los gatos (en su defecto utilicé sandalias…me moría de ganas) y el pobre Jorge cada vez que chapaba emitía un ligero grito de dolor, no por el esfuerzo sino por el «peazo» de ampollas que llevaba.
Conclusión: un fin de semana disfrutón, que nos deja en la boca ganas de más, de superación y de volver a disfrutar de días inolvidables que solo te los da la montaña.