Es cierto que ultimamente escribimos poco acerca de nuestras aventuras, y no es que no os queramos contar lo que pasa… el problema es que no pasa nada. Asuntos personales no nos están dejando salir al monte todo lo que querríamos estos últimos meses así que tenemos pocas cosas que contar.
Los buenos amigos que saben en los líos que andamos metidos a veces tiran de nosotros y esto fue lo que paso en mi última salida de esquí de travesía. Vanesa me había dejado de rodríguez y Juan me propone hacer un último día de foqueo antes de su nuevo parón obligado. Así que decido darme un día de fiesta (en domingo) y dejarme llevar por lomas blancas y fresquitas. No miro itinerarios, ni metereología ni nada. Solamente trabajo a tope hasta última hora para marcharme al día siguiente con la cabeza bien estresada y con ganas de relar cuerpo y mente.
El día acompaña y nos regala un sol abrasador sin apenas vientos. Subo esta vez junto al equipo OSSO (otra vez con titanes) siguiendo dos de la rutas propuestas en el libro de Jorge «lameteoqueviene», una para subir y otra para bajar, en el entorno de la estación de Candanchu. Pero Juan, que es el que organizo la ruta lo explica mucho mejor y mas detalladamente en su blog. Yo como digo, esta vez vuelvo a dejarme llevar. Es lo que necesito en estas salidas.
La verdad es que salio un día espectacular y lo pasamos genial coronando un pico precioso al que todavía no había subido. Me lo apunto para repetir otro año por su cara sur junto a Vanesa. Seguro que lo disfrutamos de lo lindo.
Después de mucho intertarlo, por fin consigo cuadrar una salida con Churla para recorrer las montañas nevadas y poder mejorar mi experiencia en el esqui de montaña y así, posteriormente trasladar estos conocimientos a Vanesa. Me confirma que la excursión prevista es a La Colladara, y que irá un buen grupo de integrantes de «Sendero Límite». Evidentemente, con estos compañeros decido no mirar el mapa, no pensar en itinerarios, horarios, partes de nieve o metereología. Esta claro que cuando vas con gente mucho mas experta que tu, lo mejor es dejarse llevar, apretar los dientes para intentar aguntar el ritmo y disfrutar de la experiencia.
Churla me pasa a recoger pronto, pero al final quedamos a las 9:30 en Villanua (un poco tarde pienso yo) y allí nos juntamos con Julio, David, Gonzalo, Noe y Adrián. Todo titanes. Miedo. Me cuentan que vamos a subir por un sendero «límite» auxiliar que sube directo y es el camino mas rápido. Arranco siguiendo el ritmo y aguantando el tiron un buen rato. Antes de la primera parada me hecha fuego todo el cuerpo y me convierto en el rezagado del grupo…
Pero lo que propongo en la teoría lo aplique en la práctica y hizo que fuera un día alucinante. Me dedique a mirar al suelo (excepto cuando disfrutaba del paisaje) y concentrarme en llevar el mejor ritmo posible y continuar para arriba. Pero lo curioso es que siempre tenía un intengrante del grupo acompañandome, marcandome el ritmo, dando animos o consejos, vigilando que hiciese bien las maniobras, vigilando los crampones, controlando en las zonas expuestas, ayundandome en las transiciones. Algo extraño cuando casi siempre me pongo en el papel contrario. Un placer, una relajación total para la cabeza que te permite exprimirte en otros aspectos.
La bajada fue otra cosa. Primera invernal del tubo sur con las botas sueltas (a mi cargo con dos chufones). Apretar las botas :). Nieve alucinante!!! Resulta que salimos tarde pq así había recibido una buena carga de sol que la había dejado perfecta (que bueno es saber tener la boca cerrada a primera hora). Bajando creo que me defendí mucho mejor y disfrute de una bajada que se me hizo demasiado corta. Luego a seguir aprendiendo un poquito mas por esqui boscoso. Curisoso. Complicado.
Al final un día largo e intenso que me dejo como necesitaba, bien cansado y descansado. Compartirlo con los «Sendero Límite», una experiencia. Se pueden conocer distintas rutas de este equipo tanto en nieve como en escalada y mantienen sus peculiridades en ambos ambitos, pero al compartirlas con ellos te das cuentas de la ética que defienden a la hora de afrontar las montañas, sin duda con unas dosis de generosidad y compañerismo que harían que las cosas fueran mucho mejor si la sociedad fuese capaz de aplicarlas, aunque fuera solo un poquito, solo un poquitito…
Y el domingo tocaba esquí de travesía. Con muchas ganas pusimos rumbo Ana, Jorge y yo al valle de Aisa, por varios motivos: probar los esquis recién encerados, conocer un nuevo valle que tanto nos gustó, y sobre todo disfrutar de la compañía de Javi y Carla que nos dieron mucha, pero muuucha envidia.
Varias propuestas para hacer, finalmente como el tiempo no acompañaba mucho nos fuimos a hacer el pico Lecherin por Rigüelo.
Recogemos a Javi y cogemos la carretera que nos lleva a Aisa. Dejamos el coche aparcado en la carretera y subimos por la pista cómodamente, excepto por algunos tramos en los que quedaba poca nieve y había que ir en su busca
La subida muy facilita hasta la última pala. Vemos bajando a unos chicos disfrutando de una nieve polvo y ponemos el turbo para disfrutar de la bajada.
A escasos metros del collado, las nubes cubren la totalidad y me entra la canguelitis. Miro para abajo y no veo muy bien la bajada, así que le digo a Jorge que me voy bajando y les espero en una roca.
Ellos hacen subida rápida y en un momento nos volvemos a juntar.
Hacemos una parada a echar un pica-pica y para abajo que el día no está para muchos lujos. Y tanto…nada mas llegar al coche empezó a nevar
Mil gracias a Javi y Carla por su amabilidad, su hospitalidad, su conversación…nos encantó vuestra locura de vivir la vida y esperamos que vuestros sueños poco a poco se vayan cumpliendo…
Y por fin nos ponemos al día con nuestra última salida el día 9 a un valle de Tena repleto de nieve. Nos unimos a Beto y Nacho Agüelo II y ponemos rumbo a Escarrilla ensimismados por la ácida conversación que mantenemos por el camino. Allí nos juntamos con Cesar, Alex y Zigor sin tener muy claro el destino, ya que la vuelta a la foratata, que era nuestro objetivo inicial, mejor la dejamos para otro día en que unas nubes amenzantes no cubran esa parte del valle.
Nos vamos, entre dudas, hacia Panticosa para subir al Yandel que Alex ya había visitado en otra ocasión y que no tiene riesgo de avalanchas y si una nieve polvo magnífica para hacer bajadas difrutonas (video del asunto). En el pueblo un tapón brutal que evitamos aparcando en el garaje de Cesar (muchas gracias por prestarnos tu casa) y unas aglomeraciones increibles para coger el huevo que sube a pistas.
Con el sofoco de la multitud empezamos a subir para arriba, y por suerte a los pocos metros nos desviamos por el camino que va hacia Hoz de Jaca utilizando una huella que ya está abierta y que transita por un bosque precioso. Luego supimos que los «Sendero Límite» eran los titanes que se la habían currado bajando y subiendo por ella, no quiero pensar como tuvo que ser la bajada por ese camino!! Mientras subíamos Cesar, gran conocedor de la zona, nos contaba que esa pista no solía tener nieve, y que pasarían muchos años para que se pudiera volver a esquiar. Un placer haberla disfrutado.
Así continuamos hasta un refugio intermedio por el bosque, y después mas decubiertos acompañados por un incomodo viento, a medias entre pista y zona libre hasta la cima del Yandel. Allí nos separamos en dos grupos para hacer la bajada y re-encontrarnos de nuevo en el telecabina de Panticosa. Como cerraron la estación lo que mas había en pistas eran esquiadores de montaña y allí fuimos saludando a todos los que veíamos.
Al final terminamos con unos buenos platos combinados en el Pueyo y con el buen sabor de boca de una sencilla excursión en la que no hubo sobresaltos, ni sufrimientos, ni miedos. Unicamente difrute. Esperemos que haya muchas mas de estas.
Y como no hicimos foto de grupo, os dejo un enlace a un video del dia que se ha currado Zigor