Es cierto que ultimamente escribimos poco acerca de nuestras aventuras, y no es que no os queramos contar lo que pasa… el problema es que no pasa nada. Asuntos personales no nos están dejando salir al monte todo lo que querríamos estos últimos meses así que tenemos pocas cosas que contar.
Los buenos amigos que saben en los líos que andamos metidos a veces tiran de nosotros y esto fue lo que paso en mi última salida de esquí de travesía. Vanesa me había dejado de rodríguez y Juan me propone hacer un último día de foqueo antes de su nuevo parón obligado. Así que decido darme un día de fiesta (en domingo) y dejarme llevar por lomas blancas y fresquitas. No miro itinerarios, ni metereología ni nada. Solamente trabajo a tope hasta última hora para marcharme al día siguiente con la cabeza bien estresada y con ganas de relar cuerpo y mente.
El día acompaña y nos regala un sol abrasador sin apenas vientos. Subo esta vez junto al equipo OSSO (otra vez con titanes) siguiendo dos de la rutas propuestas en el libro de Jorge «lameteoqueviene», una para subir y otra para bajar, en el entorno de la estación de Candanchu. Pero Juan, que es el que organizo la ruta lo explica mucho mejor y mas detalladamente en su blog. Yo como digo, esta vez vuelvo a dejarme llevar. Es lo que necesito en estas salidas.
La verdad es que salio un día espectacular y lo pasamos genial coronando un pico precioso al que todavía no había subido. Me lo apunto para repetir otro año por su cara sur junto a Vanesa. Seguro que lo disfrutamos de lo lindo.